Chips RFID son muy similares a los códigos de barras en el sentido que una cierta cantidad de datos está contenida dentro de ellos y transmitida a un dispositivo de lectura que luego procesa y utiliza la información. La principal diferencia es que códigos de barras tienen que ser físicamente visible en el dispositivo de lectura, que generalmente sólo es capaz de escanear a una distancia de 12 pulgadas o menos. Etiquetas RFID, por otra parte, no debe ser visible en el dispositivo de lectura. Puede ser analizados a través de ropa, carteras y hasta coches. La distancia desde la que puede leerse también es mucho mayor que la de un código de barras. En la DEFCON una etiqueta RFID fue analizada a una distancia de 69 pies y fue en el año 2005, la distancia de lectura posible es ahora probablemente mucho mayor que.
Hay algunos tipos de etiquetas RFID, pero los más comunes y los que trataremos con en este instructable, son del tipo "pasivo". Chips RFID pasivos no contienen ninguna fuente de alimentación interna. Contienen una antena que es capaz de tener una corriente inducida en ella al alcance del lector RFID. La etiqueta utiliza entonces esa electricidad al poder el chip interno, que rebota sus datos de nuevo hacia fuera a través de la antena, donde se recogerán por el lector.
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