Resulta que mi hijo medio quería su propia habitación en casi al mismo tiempo. Probablemente porque su hermano lo chivado volcar la lámpara pero para ser honesto pidió a todos los niños de tres y consiguió tres historias diferentes. Debe haber sido un acto de Dios que mató a la lámpara.
En cualquier caso yo era capaz de convertir la luz en una lámpara de suspensión agradable en pocas horas.