Cada vez que muerda en un húmedo y esponjoso cupcake con glaseado de colores, sus danzas de golosos y sus papilas gustativas cantan. Así que qué pasa si nos lío con esa expectativa gloriosa de azucarada bondad y sustituirlo por... pastel de carne?
Esta receta para el desastre pone el pastel en la forma familiar de la Magdalena y los helados la formación de hielo de un hermoso puré de patatas.