Lo que logramos recuperar la sensibilidad de temperatura fue colocar sensores de temperatura para la mano (o la garra en el caso del prototipo) y algunos leds RGB que se ilumina en diferentes colores. Promediando las temperaturas total asignamos un color específico a cada temperatura. De esta manera cuando el objeto tomado era entre 0 a 10 grados centígrados la mano va a iluminar en color azul, luego cuando sube la temperatura en 10 grados la mano se convertirá en verde, luego rosado, luego morado y así sucesivamente hasta que se pone rojo en 100 grados Celsius.
Nuestra garra se hizo un presupuesto de aprox 130 dolares y fue hecha con materiales reciclados, principalmente el aluminio y el acero. La garra fue vertida de resina y a máquina con una dremel para darle el acabado final a mano.