Paso 6: Ese glaseado de fantasía
Ahora es el momento de llevar tus la rosquillas a una dimensión mágica. Sumérgelas en el glaseado y ponlas en una rejilla para secar. Cubrí ambos lados de las mías con glaseado (¡ ¡obviamente!), pero puedes pasar de hacer ambos lados si quieres.
Estas rosquillas son simplemente increíbles. Una vez las pruebes, vas a querer hacerlas una y otra vez. De hecho, me desperté a la mañana siguiente, me encontré con ganas de zampar más rosquillas, y te puedo asegurar están igual de buenas al segundo día.