Este último año, nutrió una maleza bastante poco en el patio de mi casa. Creció y prosperó y creció y creció hasta que casi se bloquea la puerta para el patio trasero. Protege de todos los intentos de cortar porque es una hierba carmín. Un enorme, Phytolacca majestuoso de 5 pies de altura. Y esta planta produce bayas de esta planta, que son bayas púrpura grandes y hermosas que el fucsia brillante de la piel del tinte. Iba a recoger estos y probar mi mano en la tintura de hilados.
En el gran intelecto universal grande llamada internet, he podido encontrar nada sobre cómo prepararlos, así que comencé un viaje para experimentar y encontrar la receta perfecta.
Un amigo sube alpaca y compré varias madejas de su lana más ligera (de Amelia que es la alpaca cariñoso que nunca conocerás). El hilado era un grisáceo. Iba a ver si podía cambiar eso.
Hablemos de mordientes. Mayoría de tejido y el hilado no fácilmente toman un tinte. Deben ser tratados primero con algo que se unirá el tinte al material. Ese agente se llama mordiente. Los más comunes son sal, vinagre, alumbre y hierro.
La receta más cercano que pude encontrar fue una con moras. Para ello, utilizaron una sal mordaz, así que ahí empecé.