Paso 2: Crea un pueblo
Una escuela típica cubre un gran espacio físico y sirve a cientos de personas. Crear, mantener y operar un programa de educación y jardín de escuela son un gran trabajo; se necesita una aldea. Mejor dicho, crea una aldea.
Involucrar a tantas personas como sea posible en el desarrollo de huertos escolares tiene muchos beneficios:
- Trabajando juntos crea conexiones y genera un sentido de comunidad.
- La carga de trabajo no cae en unos excesivos hombros y espalda.
- Pueden florecer proyectos aprovechando las fortalezas y talentos de muchas personas.
- Contribuir a un proyecto crea un sentido de propiedad y el interés por verlo triunfar y prosperar.
Mejora de la escuela con vegetación, flores, arte, asientos y sombra beneficia no sólo a los estudiantes, sino también a toda la comunidad. Impulsa a la gente a detenerse y a entablar conversaciones. Por ejemplo, al diseñar un muro de contención para evitar que el barro por streaming en el patio de recreo en días de lluvia, nos aseguró que era una altura cómoda. Esencialmente se convirtió en un banco largo de 150 pies donde los niños sentarse juntos para tener su almuerzo y padres relajarse y chatear mientras ven a sus hijos jugar antes y después de la escuela.